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Cultivando emociones: La importancia de la autorregulación emocional en el desarrollo infantil

Andrea Mira UNAB

En el viaje de crecimiento y desarrollo de un niño o niña, la capacidad de comprender y manejar sus emociones es una habilidad fundamental que influye en su bienestar emocional y su éxito en diversos aspectos de la vida.  
La autorregulación emocional, una destreza que permite controlar y gestionar las respuestas emocionales, es un aspecto crucial del desarrollo infantil temprano. Andrea Mira, académica de la Escuela de Terapia Ocupacional UNAB y doctora en Ciencias del Desarrollo y Psicopatología nos guía a través de la importancia de cultivar esta habilidad desde una temprana edad.  

Navegando las olas de las emociones 

La autorregulación emocional es la capacidad de ejercer control consciente sobre nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Según Mira, "es como enseñarles a los niños a navegar en un océano emocional. Les proporcionamos las herramientas para reconocer las olas de sus emociones y cómo dirigir su barco emocional en momentos de tormenta".  



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"El desarrollo sólido de la autorregulación emocional en la infancia tiene un impacto profundo en el bienestar a largo plazo" destaca Mira. Investigaciones científicas han respaldado la conexión entre una buena autorregulación y una mejor salud mental y física en la adultez.  

La académica ejemplifica que esta habilidad es como un músculo emocional que se fortalece con el tiempo: cuanto antes se comience a ejercitar, mayores serán los beneficios en el futuro.  



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Guiando e identificando las señales  

En este escenario, uno de los desafíos más difíciles para los cuidadores puede ser enfrentarse a situaciones de mucha frustración ante obstáculos simples, reacciones intensas a situaciones cotidianas o el evitar nuevas experiencias debido al temor.  

Según la especialista, "identificar estas señales tempranamente es fundamental para brindar apoyo y guía a los niños en su camino hacia la autorregulación efectiva".

Asimismo, los padres desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de esta capacidad, "los padres pueden convertirse en guías emocionales al conversar abiertamente sobre emociones y proporcionar un espacio seguro para que los niños compartan sus sentimientos" sugiere Mira, "modelar la regulación emocional y responder con empatía y apoyo cuando los niños enfrentan emociones intensas tendrá un efecto directo en su crecimiento emocional".  

Empatía  

Según la especialista, la empatía es un componente imprescindible en la enseñanza de la autorregulación, "al mostrar empatía hacia las emociones de nuestros hijos, les brindamos el mensaje de que sus sentimientos son válidos y aceptados, esto les da la confianza para explorar y expresar sus emociones de manera saludable". 

Junto con esto, crear un ambiente seguro y de apoyo permitirá que los niños puedan expresar y manejar sus emociones de manera saludable. Con esto, añade Mira, "los niños se sienten empoderados para enfrentar los desafíos emocionales con confianza y aprenden a construir una relación positiva con sus propias emociones".  

La autorregulación emocional es un viaje que comienza en la infancia y continúa a lo largo de la vida. La Dra. Andrea Mira nos recuerda que, al equipar a los niños con habilidades sólidas en este aspecto, estamos dándoles las herramientas para enfrentar los desafíos emocionales de la vida con confianza y resiliencia.  

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