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Dolor de rodilla: causas alarmantes que debes conocer para prevenir complicaciones y mejorar tu salud articular

rodilla, la grabación, masaje Pixabay

El dolor de rodilla figura entre los padecimientos más habituales y puede afectar tanto a jóvenes como a personas mayores. Según expertos en salud articular, identificar la raíz del dolor es esencial para actuar con rapidez y evitar daños duraderos. Las causas más comunes abarcan desde lesiones repentinas hasta afecciones crónicas, además de factores estructurales o inflamatorios.

Lesiones: una causa común y repentina

Golpes, caídas o movimientos bruscos figuran entre los motivos principales detrás del dolor de rodilla. Estas lesiones pueden provocar diferentes afecciones:



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  • Esguinces y distensiones en ligamentos y músculos alrededor de la articulación.
  • Rotura de meniscos, los cartílagos que amortiguan el movimiento de la rodilla.
  • Lesiones en el ligamento cruzado anterior, frecuentes en deportistas que realizan cambios bruscos de dirección.

Estos problemas suelen generar dolor agudo, hinchazón e incluso dificultad para mover la pierna. Ante estos síntomas, los especialistas aconsejan realizar estudios de imagen como resonancias para determinar la mejor estrategia terapéutica.



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Sobrecarga y desgaste: riesgos de la rutina diaria

El dolor de rodilla también puede aparecer tras actividades cotidianas. Ejercicios de impacto, levantar peso o pasar muchas horas de pie incrementan la presión sobre la articulación. A largo plazo, estas acciones pueden ocasionar enfermedades como:

  • Condromalacia rotuliana, que implica el reblandecimiento del cartílago bajo la rótula.
  • Tendinitis rotuliana, inflamación del tendón que conecta la rótula con la tibia.

Asimismo, la artrosis de rodilla afecta principalmente a personas mayores de 50 años y se caracteriza por dolor crónico, rigidez y sonidos articulares. Esta patología aparece por el desgaste progresivo del cartílago.

Enfermedades inflamatorias y alteraciones estructurales

Algunas enfermedades pueden dañar la articulación aunque no hayan existido traumatismos previos. La artritis reumatoide, un trastorno autoinmune, produce inflamación crónica de las rodillas. Por otro lado, la gota puede causar dolor e hinchazón debido a la acumulación de ácido úrico.

Alteraciones en la estructura anatómica, como displasia de la rótula, piernas desalineadas o diferencias en la longitud de las extremidades, suelen generar molestias persistentes. Además, el exceso de peso corporal incrementa la presión que deben soportar las rodillas en cada movimiento.

Claves para el diagnóstico y tratamiento

Para determinar el origen del dolor, es indispensable consultar a un médico, quien valorará el caso con exploración física y estudios de imagen: radiografías, ecografías y resonancias son los métodos más habituales.

El tratamiento depende de la causa. Suele incluir reposo, fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios o infiltraciones con ácido hialurónico o corticoides. En casos graves, el médico puede indicar una intervención quirúrgica.

Los especialistas recomiendan mantener un peso adecuado, fortalecer la musculatura de las piernas y evitar el sedentarismo para proteger la salud de las rodillas.

Cuándo consultar al médico: signos de alarma

Buscar atención médica resulta prioritario si el dolor:

  • Dura más de una semana.
  • Se acompaña de hinchazón, enrojecimiento o fiebre.
  • Limita la movilidad o imposibilita caminar.
  • Surge tras un golpe o caída.

Contar con un diagnóstico oportuno permite evitar secuelas y mejora la calidad de vida de quienes experimentan molestias en las rodillas.

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