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Distingue entre herpes labial y aftas: claves para reconocer y tratar estas lesiones bucales.

Herpes labial vs. aftas: cómo distinguirlas Generada con IA (OpenAI)

Identificar si una lesión en la boca es una afta o un herpes labial resulta vital, ya que aunque pueden parecer similares, son condiciones distintas en origen, contagio y tratamiento. El herpes labial, causado por el virus del herpes simple, es altamente contagioso cuando hay llagas visibles. En cambio, las aftas no son infecciosas ni se transmiten de persona a persona, y usualmente desaparecen sin intervención médica.

Ambas lesiones comparten algunas características que pueden generar confusión. Tanto las aftas como el herpes labial provocan dolor, tienden a ser rojizas, aparecen de forma repentina, suelen repetirse y pueden acompañarse por inflamación de ganglios en el cuello. Sin embargo, la diferencia de fondo está en su origen: el herpes labial se debe a una infección viral; las aftas, en cambio, se relacionan a varios factores como traumatismos, deficiencias vitamínicas, estrés o exposición a sustancias químicas.

¿Cómo distinguir una afta?



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Las aftas bucales suelen verse como úlceras redondas, de bordes claros, con un centro amarillento o blanquecino, siempre localizadas dentro de la cavidad oral. Es importante precisar que estos brotes jamás se presentan en el exterior de la boca. La parte interna de los labios es la zona más externa que llegan a afectar. Si la persona mantiene la boca cerrada, la lesión no se nota; solo se hace visible al abrir la boca o bajar el labio.

Estas lesiones pueden aparecer en la cara interna de los labios, encías, lengua, paladar o mejillas. Casi siempre, las aftas desaparecen por sí solas entre cinco y siete días, sin dejar cicatriz y el dolor disminuye antes de que la lesión sane por completo.



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  • Ubicación exclusiva dentro de la boca.
  • Dolor y molestias, especialmente al comer o hablar.
  • Duración de cinco a siete días sin tratamiento específico.

¿Cómo se forma una lesión de herpes labial?

El herpes labial suele aparecer sobre el borde externo de los labios, incluso puede afectar la piel circundante a la boca. Se distingue porque sus lesiones son visibles aunque la boca esté cerrada. La evolución también difiere: el herpes comienza como pequeñas ampollas agrupadas y sin forma definida, que rompen, liberan líquido y luego forman costras que pueden adoptar un tono rojizo o amarillento.

En el herpes, el centro de la lesión sobresale más que los bordes, a diferencia de la afta, donde ocurre lo contrario. De manera poco frecuente, el herpes puede manifestarse dentro de la boca, preferentemente en el paladar duro, manteniendo su aspecto irregular y compuesto por múltiples vesículas pequeñas.

  • Aparición principal en la parte externa de los labios.
  • Evolución desde ampollas agrupadas hasta costras.
  • En algunos casos, presencia de fiebre y mayores molestias generales.

Antes de que surjan las lesiones del herpes, muchas personas experimentan una sensación de hormigueo o molestias en el área afectada, entre 6 y 48 horas antes. La recurrencia es usual, por lo que quienes lo padecen suelen anticipar un brote. Por el contrario, las aftas generalmente no avisan, salvo en casos de traumatismo previo.

Datos clave sobre ganglios y síntomas generales

La presencia de ganglios linfáticos inflamados en el cuello es más frecuente con el herpes labial, aunque en las aftas de mayor tamaño también se ha observado esa reacción. En los primeros brotes de herpes, es común tener fiebre acompañante. Ambas lesiones pueden resultar muy dolorosas, pero solo el herpes labial supone riesgo de contagio entre personas.

Referencias

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