Realizarse una prueba de VIH es crucial para conocer el estado de salud sexual de una persona. Las autoridades de salud enfatizan que la única manera de saber si se ha adquirido el virus del VIH es a través de esta prueba. En situaciones donde se ha tenido relaciones sexuales sin protección, como el sexo anal o vaginal, así como el sexo oral sin el uso de condón, es vital considerar realizarse una prueba. Esto es especialmente importante si la persona con quien se han tenido relaciones se conoce o se sospecha que vive con VIH.
¿Cuándo y dónde hacerte la prueba del VIH?
La prueba de VIH puede hacerse en cualquier Unidad Médica, que incluye centros de salud y hospitales. Además, hay organizaciones de la sociedad civil y clínicas privadas que ofrecen estos servicios, enfocados en ser amigables con adolescentes y jóvenes. Al acudir a una de estas instituciones, es fundamental solicitar información sobre la ubicación del área de Epidemiología o de la clínica específica para adolescentes y jóvenes. Una vez allí, informa al personal médico que deseas realizarte la prueba de VIH. Ellos te indicarán si necesitas una consulta previa para obtener una orden.
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Una vez que cuentes con la orden para la prueba, el personal médico debe informarte sobre el proceso de llenado del consentimiento informado. Este documento es donde autorizas la práctica de la prueba. Lo relevante es que no se te solicita tu nombre ni dirección; solo proporcionarás tus iniciales y la fecha de nacimiento, lo que permitirá crear un código que identificarán tu prueba y resultado.
Adicionalmente, se te solicitará llenar una ficha de prácticas sexuales. Este formulario es importante, ya que ayudará a los profesionales a identificar factores y nivel de riesgo al que has estado expuesto. Se espera que brindes información precisa sobre tus prácticas sexuales en los últimos seis meses a un año.
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Conociendo el proceso de la prueba
El proceso de la prueba incluye una fase de consejería previa, donde un profesional de salud como un enfermero, médico, psicólogo o educador te proporcionará información clave sobre el VIH: cómo se transmite, cómo prevenirlo, y la importancia del uso del condón en todas las relaciones sexuales. Este espacio está diseñado para que puedas hacer preguntas y aclarar cualquier duda en un ambiente seguro y sin juicios. Luego de esta visita, procederás con el laboratorista quien se encargará de la extracción de una muestra de sangre.
Hoy en día se utilizan pruebas rápidas, que requieren solo una o dos gotas de sangre del dedo, obtenidas mediante un pequeño pinchazo. Este procedimiento es rápido y el resultado se obtiene en aproximadamente 20 minutos. El resultado se revela de la siguiente manera: si aparece una raya en la banda de prueba, es negativo; si aparecen dos rayas, es positivo, lo que indica la posibilidad de haber adquirido el VIH.
Después de recibir el resultado, se llevará a cabo una post consejería. Aquí, se te entregará oficialmente el resultado en un sobre sellado y se te preparará emocionalmente para la noticia, independientemente de si es negativa o positiva. Si recibes un resultado negativo, se reitera la importancia de realizarte la prueba cada seis meses, mientras que si el resultado es positivo, se te indicará realizarte pruebas confirmatorias, como la ELISA, que solo se realizan en hospitales designados por el Ministerio de Salud.
Si después de confirmar un diagnóstico positivo con la ELISA, es necesario aceptar que vives con VIH. Este proceso implica un acompañamiento médico y psicológico, así como acceso a tratamientos que incluyen antirretrovirales (TAR), los cuales son vitales para prolongar la vida y controlar la progresión del virus.
Además, es importante comprender que las pruebas de VIH no detectan el virus en sí, sino los anticuerpos generados por el organismo al intentar combatirlo. Se recomienda realizar la prueba al menos tres meses después de cualquier práctica de riesgo, ya que este es el tiempo necesario para que el organismo desarrolle estos anticuerpos. La realización de pruebas periódicas se convierte en una práctica esencial dentro del cuidado de la salud sexual.
Finalmente, seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud y transformar hábitos de vida es fundamental para mejorar la calidad de vida. Estas orientaciones incluyen modificar comportamientos en alimentación, salud física y prácticas sexuales, así como mantener un estilo de vida saludable.