Varios estudios están confirmando lo dañino que puede resultar para la salud mental la exposición desproporcionada a las redes sociales, principalmente por la realidad alterada que se encuentra en ese espacio virtual, sobre todo en lo que a la apariencia física se refiere.
Ahora, expertos sostienen que la revisión constante de selfies tratadas con mucho filtro puede crear una desconexión de la realidad. Y es que ver solo fotos en las que las personas han borrado sus defectos puede hacer que sea más difícil recordar que todos, de hecho, tenemos imperfecciones.
Aunque no está catalogada como una enfermedad mental, se está empezando a hablar de "dismorfia de redes sociales", la cual ocurre cuando comparas selfies filtradas con tu apariencia real.
Cuando te obsesionas con tus defectos percibidos y los sentimientos de descontento e infelicidad que surgen, te pueden llevarte a desear poder alterar tus características para que coincidan con esas imágenes filtradas, explica el sitio especializado healthline.com.
El término dismorfia de redes sociales se empezó a utilizar después de que los cirujanos plásticos comenzaran a informar que varios pacientes querían procedimientos cosméticos para que coincidieran con la versión filtrada de ellos mismos, cambios que no siempre son posibles en la realidad.
Aunque no tiene nada de malo querer un procedimiento cosmético para cambiar algo de su apariencia, algunas señales podrían sugerir que su hábito de poner filtros en sus fotos podría ser de preocupación.
Revísalos a continuación:
- Te obsesionas con tu apariencia en las selfies, hasta el punto en que tu verdadero yo ya no está a la altura.
- Te encuentras preocupado por defectos que nadie más nota, como la forma de tus cejas o el tamaño de tu frente.
- Pasas mucho tiempo tomando y retomando selfies, luego filtrándolos y editándolos para hacerlos perfectos.
- Con frecuencia revisa selfies más antiguas para verificar si hay fallas o imperfecciones.
- Hacer comparaciones entre tú y los demás lo deja insatisfecho con su apariencia.
- Quieres cambiar tu apariencia porque crees que deberías lucir de cierta manera.
- A menudo te encuentras pasando más tiempo del planeado tomándote selfies o editándolas.
- Pasas mucho tiempo explorando formas de modificar tu apariencia para que coincida con tus selfies.
- La versión filtrada de ti mismo se siente más como el "verdadero" tú. En otras palabras, has perdido el sentido de cómo te ves realmente.
- Tomar, editar y publicar selfies a menudo genera ansiedad , angustia, preocupación y otras emociones no deseadas.
- Cuanto más tiempo pasas tomándote selfies, peor te sientes con tu propia apariencia.
- No importa con qué frecuencia decidas dejar de tomar y editar selfies, te resultará difícil rendirte.
La dismorfia originada por las redes sociales generalmente significa que tomar y editar selfies ya no es divertido. Sin embargo, a pesar de que tus selfies te dejan triste, frustrado o angustiado con tu apariencia real, parece que no puede dejar de tomarlas.
* Este artículo no pretende ser una prescripción médica. Ante cualquier duda consulte a su especialista.
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