La dopamina, un neurotransmisor esencial para diversas funciones cerebrales, se ha convertido en el centro de atención en el ámbito del bienestar en internet. A través de plataformas como TikTok, se viralizan conceptos como "subidones" de dopamina y "ayunos" de esta sustancia química, aunque la visión popular suele ser incorrecta.
Expertos en neurobiología advierten que la dopamina desempeña roles fundamentales en el aprendizaje, la memoria, el movimiento, la atención, el estado de ánimo y la motivación, pero no se puede considerar simplemente como "la hormona del bienestar".
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Desmitificando la dopamina
La dopamina es comúnmente percibida como la responsable de la felicidad. Sin embargo, Daniel Dombeck, profesor de neurobiología en la Universidad Northwestern, aclara que esta sustancia no es un "término comodín para la felicidad" y que su función es mucho más compleja. "La dopamina no nos hace sentir bien", señala Dombeck, y enfatiza que, aunque contribuye a nuestras sensaciones de placer, no es la causa directa de estas.
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La neurocientífica Anne-Noël Samaha, que investiga la ciencia de la recompensa y la motivación, subraya que la dopamina es crucial para nuestra supervivencia. Esta molécula actúa como un mensajero químico, facilitando la comunicación entre neuronas en distintas áreas del cerebro. Dependiendo de la región donde se active, el efecto de la dopamina puede ser diferente: "En algunas regiones del cerebro, un aumento de la dopamina puede ayudar a concentrarse; en otras, puede hacer que la gente sea más impulsiva", explica Samaha.
La búsqueda del placer
Hay que destacar que la falta de dopamina en ciertas áreas del cerebro puede tener consecuencias negativas, como la dificultad para concentrarse o problemas de movimiento. Esto está asociado a trastornos como el déficit de atención con hiperactividad y la enfermedad de Parkinson. Históricamente, se ha relacionado a la dopamina con el sistema de recompensa del cerebro. Sin embargo, investigaciones más recientes muestran que la dopamina no induce el placer, sino el deseo.
- La dopamina no hace que te guste algo, sino que lo desees.
- No es la molécula del placer; es la molécula de la búsqueda del placer.
Este enfoque erróneo en la comprensión de la dopamina ha llevado a muchos a asociar las redes sociales y otras formas de entretenimiento con su administración, generando comportamientos adictivos. Además, cada vez que uno consume contenido en redes sociales que resulta gratificante, el cerebro libera dopamina, condicionando el deseo de repetir la experiencia ante estímulos como notificaciones.
Samaha enfatiza que la dopamina fue crucial para nuestros antepasados, quienes necesitaban movilizarse en busca de recursos esenciales para la vida, como alimento y refugio. A pesar de que el acceso a las recompensas es mucho más fácil hoy en día, el sistema dopaminérgico sigue funcionando. "Es un error llamar a una sensación positiva un subidón de dopamina", aclara Samaha. Esta simplificación ignora la compleja interacción de múltiples neurotransmisores que contribuyen a nuestro bienestar.
A la par con esta comprensión errónea, surgió el concepto de "ayuno de dopamina", que pretende ser un remedio contra la sobreexposición a estímulos instantáneos. Esta idea sugiere que la exposición continua a actividades gratificantes tiene un efecto amortiguador frente a las recompensas más sutiles de la vida, como la lectura o el arte. Sin embargo, no se puede "prohibir la dopamina," ya que es una molécula fundamental para la supervivencia.
Samaha resalta que el verdadero desafío no radica en evitar cada actividad placentera, sino en moderar comportamientos que pueden volverse problemáticos. "Confía en que tu dopamina va a hacer lo que hace y déjalo estar", aconseja Samaha, dejando claro que un enfoque saludable hacia la dopamina es el camino a seguir.
Fuente: https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2025/02/dopamina-molecula-mitos-verdades-ciencia