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Descubre por qué el ejercicio es clave para quienes sufren dolor crónico y cómo puede transformar tu vida

Dolor de espalda Sasun Bughdaryan en Unsplash

Las personas que sufren de dolor crónico necesitan incorporar ejercicio en su rutina diaria para mejorar su calidad de vida. Así lo confirma el doctor Luis Molina Trigueros, supervisor de Fisioterapia y Terapia Ocupacional del Hospital Universitario de Fuenlabrada, quien destaca la importancia del ejercicio como tratamiento clave en la gestión del dolor crónico.

La conexión entre el dolor y el ejercicio

El especialista explica que las dolencias musculoesqueléticas más comunes que pueden llevar al dolor crónico son la lumbalgia, el dolor cervical y el dolor de hombro. Según Molina Trigueros, estas condiciones suelen asociarse a factores como la postura durante el trabajo, procesos agudos, accidentes y traumatismos. Este panorama ha llevado a un aumento alarmante del dolor crónico en España.



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"Cada vez hay más pandemia y demanda de dolor porque nuestros pacientes, y la sociedad en general, debe conocer que necesitamos al paciente como un proceso activo para mejorar su proceso de dolor", señala el doctor. Resalta que es vital que los pacientes comprendan cómo pueden autocuidados en el ámbito del dolor, lo que incluye su alimentación y, sobre todo, la incorporación de ejercicio regular.

Elementos esenciales para el manejo del dolor crónico



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El doctor Molina Trigueros menciona que hay varios factores clave que deben considerarse para abordar el dolor crónico:

  1. Descanso adecuado: Dormir bien es fundamental para que el ejercicio tenga el efecto analgésico esperado. Sin un descanso reparador, incluso un ejercicio guiado puede no resultar beneficioso.
  2. Ejercicio divertido: La actividad física debe ser agradable y no una carga para los pacientes, ya que mantener su motivación es esencial.
  3. Dosis del ejercicio: Es importante adaptar la intensidad y duración del ejercicio según el nivel de actividad física previa del paciente. La dosis varía en cada caso, pero siempre aporta beneficios.

Molina Trigueros explica que "el ejercicio tiene características analgésicas, de fuerza, de resistencia. Es un 'multicomponente' que se llama, para que tenga ese efecto analgésico". Resalta que los fármacos analgésicos endógenos, que son producidos por el propio organismo, se activan a través del ejercicio, el cual debe ser de intensidad moderada para obtener resultados significativos.

En línea con esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 150 minutos de ejercicio moderado a intenso por semana y sugiere combinar actividad aerobica y de fuerza al menos tres veces a la semana para mejorar el dolor musculoesquelético. Sin embargo, el doctor advierte que no todos los ejercicios benefician a cada persona, especialmente en casos de dolor. "Para eso están los profesionales sanitarios expertos en ejercicio terapéutico", aclara.

Es crucial, según el especialista, que los ejercicios no causen más dolor y que no conduzcan a una mayor fatiga. "Cuando lo realizamos no nos provoca dolor, ni tampoco nos deja muy fatigados o más doloridos tras realizarlo", enfatiza. Esto es especialmente importante si se trata de zonas específicas como el hombro o la rodilla, donde se pueden implementar ejercicios específicos tras una evaluación profesional.

Entre los ejercicios recomendados, menciona las sentadillas, que "son uno de los ejercicios con mayor beneficio en ganancia de fuerza y mejora del dolor de rodilla". También sugiere estiramientos sencillos y ejercicios pliométricos para mejorar la salud ósea y prevenir la osteoporosis.

El doctor Molina Trigueros subraya que, mediante el ejercicio, también se pueden reducir los índices de grasa corporal, que contribuyen al proceso inflamatorio y podrían aumentar el dolor. Además, el ejercicio físico tiene la capacidad de prevenir ciertos tipos de cáncer, así como de mejorar el estado anímico al estimular la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.

Finalmente, enfatiza que todas las personas deben hacer ejercicio, salvo que un médico indique lo contrario. "Nosotros lo hacemos a pacientes que están en la UCI, a postquirúrgicos, a personas con quimioterapia", menciona, reiterando que la actividad física es esencial para una recuperación efectiva y un mejor manejo del dolor crónico.

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