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Estudio chileno revela cómo el consumo de chía puede prevenir el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Chía Internet

El Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre, nos invita a reflexionar en torno a la importancia de resguardar la salud cardiovascular, considerando que las enfermedades ligadas a este órgano son la principal causa de muerte en el país, ocasionando más de 30.000 defunciones anuales, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).  Para prevenir este tipo de problemas, la chía es una gran aliada.

Así lo revela un estudio financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), liderado por la Dra. Loreto Muñoz de la Universidad Central de Chile en colaboración con el Dr. Rodrigo Valenzuela de la Universidad de Chile, el cual dio origen a una tesis de Magister en Nutrición titulada "Efecto de la ingesta de harina de semilla de chia rica en fibra en la reversión de la esteatosis hepática y otras alteraciones metabólicas inducidas por una dieta alta en grasa" desarrollada por la estudiante Camila Cisternas. 

La investigación demuestra que la fibra de la chía tendría grandes aportes para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Esto es debido a que el consumo de esta semilla podría evitar que se produzcan algunos de los principales marcadores del Síndrome Metabólico, un grupo de trastornos que incluye el aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en la sangre, exceso de grasa corporal, entre otros, y que en su conjunto pueden ser precursores de importantes problemas de salud, como patologías ligadas al corazón.



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"Una dieta rica en grasas, como es de esperar, induce muchos problemas de salud, entre ellos el síndrome metabólico, que representa un alto riesgo cardiovascular. Aunque este riesgo está relacionado con múltiples factores, quisimos investigar el efecto de la fibra, especialmente la fibra de chía, en estos factores de riesgo. Para este propósito, tuvimos tres grupos de ratones: el primero, de control, con una dieta normal, y otros dos grupos con una alimentación alta en grasas. Al tercer grupo, además se les dio como suplemento harina de chía, una harina rica en fibra", explicó Loreto Muñoz.

El estudio dio cuenta que, al incorporar harina de chía en la alimentación, su fibra no sólo atrapa colesterol y glucosa (azúcar), sino también los triglicéridos, impidiendo que éstos sean absorbidos, evitando que, a lo largo del tiempo, produzcan síndrome metabólico, hígado graso y enfermedades cardiovasculares.



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Además, la dieta rica en harina de chía provocó un aumento de los niveles de Omega-3. Es importante considerar que la harina de chía mantiene aproximadamente un 10% de aceite, por lo que un 5% a 6% de esta harina corresponde a Omega-3. Esta pequeña cantidad de Omega-3, en conjunto con la fibra dietética, contribuye a prevenir la inflamación y oxidación de las células, a reducir el colesterol y, en términos generales, a mejorar la salud.

El aporte de la chía en la salud cardiovascular se explica principalmente por su alto porcentaje de fibra soluble e insoluble, que supera el 50% de su composición. La fibra insoluble ayuda a la digestión, pero la fibra soluble tiene una particularidad mucho más interesante: "Gracias a su capacidad de absorber agua, alrededor de 30 veces su peso en este líquido, la chía es capaz de formar una estructura que atrapa nutrientes dañinos como el colesterol, grasa y la glucosa (azúcar), y luego mantenerlos "encapsulados" o atrapados hasta el final del proceso digestivo, eliminándolos del organismo a través de las heces, contribuyendo a prevenir enfermedades ligadas al hígado y corazón", agregó la especialista.

A lo anterior, la investigadora añade que "otros de los beneficios del consumo de esta fibra son, por un lado, la sensación de saciedad que genera al consumirla, por el gran espacio que ocupa en el estómago y por otro, el efecto probiótico para nuestro microbiota intestinal, al ser consumida y fermentada en el intestino grueso".

Para tener los efectos deseados, advierte que lo ideal es hidratar la semilla al menos una media hora antes de su consumo. Sin embargo, aún sin ese tiempo de hidratación, lo importante es siempre consumir la chía con mucho líquido, porque el mucílago -estructura gelatinosa encargada de retener estos elementos nocivos como el colesterol o la glucosa- se activa en contacto con el agua. También, es fundamental que el consumo sea diario, de forma que se puedan obtener los beneficios completos de la chía, especialmente de la fibra.

"En la última década, se ha reconocido la real importancia de la fibra dietética a nivel mundial. Hay muchos alimentos que la contienen, pero la población no sabe qué alimentos son ricos en fibra y porqué es tan importante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de entre 25 a 30 gramos de fibra dietética al día, por lo que consumir 50 g de Semillas de Chía o 30 g de Harina de Chía al día, cubre el requerimiento nutricional diario", concluyó Loreto Muñoz.

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