Si te digo "Halloween", ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Probablemente imagines disfraces, calabazas con rostros iluminados y niños tocando puertas con el grito de "¡dulce o truco!" Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde proviene esta fiesta tan popular? Hoy te invito a sumergirte conmigo en un viaje a través del tiempo para descubrir el enigmático origen de Halloween.
El comienzo en tierras celtas
La historia nos lleva hasta la antigua civilización celta, que hace más de 2.000 años ocupaba territorios de lo que hoy conocemos como Irlanda, el Reino Unido y el norte de Francia. Los celtas celebraban el festival de Samhain (pronunciado "sow-in") el 31 de octubre, que marcaba el final de la temporada de cosechas y el comienzo del invierno. Imagina por un momento: el invierno en esas tierras era sinónimo de oscuridad, frío y, en ocasiones, muerte. Así que Samhain era visto no solo como una transición estacional, sino también como un momento en el que el mundo de los vivos se conectaba con el de los muertos.
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¿Recuerdas esos cuentos en los que las fronteras entre el mundo real y el sobrenatural se difuminan? Pues durante Samhain, los celtas creían que los espíritus de los fallecidos regresaban a la tierra. Y, mientras algunos eran amigables, otros no lo eran tanto. Por eso, la gente usaba disfraces y máscaras para confundir o ahuyentar a los espíritus malignos. ¿Te suena familiar? ¡Sí, ahí tienes el origen de los disfraces de Halloween!
La influencia romana y cristiana
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Con la conquista romana de las tierras celtas, dos festivales romanos se fusionaron con Samhain. Por un lado, estaba Feralia, una fecha en la que los romanos conmemoraban a los muertos. Por otro, estaba un día en honor a Pomona, diosa de las frutas y árboles. ¿Adivinas cuál es el símbolo de Pomona? ¡La manzana! De ahí viene la tradición de "bobbing for apples" o atrapar manzanas con la boca, una actividad popular en algunas celebraciones de Halloween.
Más adelante, el cristianismo también dejó su huella en esta festividad. En el siglo VIII, el Papa Gregorio III designó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, para rendir homenaje a todos los santos y mártires. La noche anterior, tradicionalmente conocida como All Hallows Eve (Víspera de Todos los Santos), con el tiempo se convirtió en... ¡Halloween!
Halloween cruza el océano
Ahora bien, ¿cómo llegó Halloween a ser tan popular en América? Bueno, fueron los inmigrantes irlandeses quienes, escapando de la hambruna en su país en el siglo XIX, trajeron consigo sus tradiciones y costumbres. Con el tiempo, Halloween se mezcló con otras festividades y adquirió su propio sabor estadounidense. El resultado: una explosión de creatividad y diversión que ha conquistado a casi todo el mundo.
¿Entonces, qué piensas? ¿Es Halloween solo una excusa para disfrazarse y comer dulces? O, ¿es un recordatorio de la rica y misteriosa tapestry de culturas y creencias que se entrelazan a lo largo de la historia? De cualquier manera, la próxima vez que veas una calabaza sonriente o un niño disfrazado, recuerda las historias y tradiciones que hicieron posible esa sonrisa.
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