El hígado graso, conocido médicamente como Enfermedad del Hígado Graso No Alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), es una condición en la cual se acumula grasa en las células hepáticas. Esta condición se clasifica en dos tipos: la simple acumulación de grasa en el hígado (esteatosis hepática) y la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), una forma más grave que incluye inflamación y daño hepático.
Causas y factores de riesgo
Las causas del hígado graso incluyen una variedad de factores, siendo los más comunes la obesidad, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, que incluye resistencia a la insulina, hipertensión arterial, colesterol alto y niveles altos de triglicéridos. Además, el consumo excesivo de alcohol puede contribuir a esta condición.
Revisa aquí remedios naturales y para qué sirven
Síntomas
En muchas ocasiones, el hígado graso no presenta síntomas, especialmente en las etapas tempranas. Cuando los síntomas ocurren, pueden incluir fatiga, dolor o sensación de plenitud en la parte superior derecha del abdomen y, en casos más avanzados, ictericia, pérdida de apetito, pérdida de peso inexplicable, ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y edema en piernas, pies o manos.
Revisa aquí Medicamentos y para qué sirven aquí
Diagnóstico
El diagnóstico del hígado graso a menudo se realiza durante pruebas realizadas por otras razones, como un análisis de sangre que muestra niveles elevados de enzimas hepáticas. Las pruebas de diagnóstico adicionales pueden incluir ultrasonido, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) y en algunos casos, una biopsia hepática.
Tratamiento y prevención
Actualmente no hay un tratamiento específico para el hígado graso. La gestión de la enfermedad se centra principalmente en abordar los factores de riesgo subyacentes:
- Pérdida de Peso: La reducción de peso, especialmente a través de una dieta saludable y ejercicio regular, es clave. Se recomienda perder entre el 3% y el 10% del peso corporal.
- Dieta Saludable: Optar por una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros, y limitar alimentos altos en calorías, grasas saturadas y azúcares.
- Ejercicio: Se sugiere realizar al menos 150 minutos de ejercicio a la semana.
- Manejo de Condiciones Subyacentes: Como la diabetes y los niveles altos de colesterol y triglicéridos.
- Evitar el Alcohol: Incluso si el hígado graso no está relacionado con el consumo de alcohol.
Pronóstico
Aunque el hígado graso puede ser una condición grave, especialmente si progresa a NASH o cirrosis, el hígado tiene una notable capacidad de regeneración. Siguiendo el plan de tratamiento adecuado, es posible reducir la grasa en el hígado y prevenir daños mayores.
En resumen, el hígado graso es una condición manejable a través de cambios en el estilo de vida y el manejo de condiciones relacionadas. Es importante abordar cualquier factor de riesgo y seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud para mantener una función hepática saludable.
Síguenos en: 
