En un oscuro rincón de Filadelfia, conocido como Kensington, se presenta una escena aterradora. A plena luz del día, personas de pie, encorvadas o tiradas en el suelo, aparentemente sin conciencia de su entorno. ¿La causa? El fentanilo, una droga opioide que ha ganado notoriedad por su devastador impacto en la salud y su alto nivel de adicción.
El auge del fentanilo no es un fenómeno reciente. Hace ya varios años que esta droga se ha extendido masivamente, especialmente en los Estados Unidos. Su bajo costo y potencia la han convertido en una elección común para aquellos que buscan una experiencia intensa, aunque efímera.
El fentanilo es una droga opioide que es asombrosamente poderosa. Según Cristian Camargo, director del Laboratorio Doping de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, "es cincuenta veces más potente que la heroína y alrededor de 80 a 100 veces más que la morfina." Esto significa que proporciona una sensación similar a otras drogas opiáceas, pero de una manera mucho más intensa.
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El atractivo del fentanilo radica en su potencia y precio asequible. Los usuarios experimentan una euforia inicial, seguida de una sensación de bienestar. Sin embargo, estos efectos son efímeros, y la droga lleva a la confusión, la somnolencia y una depresión respiratoria. Los efectos negativos se extienden a los sistemas cardiovascular y nervioso central.
Carlos Ibáñez, jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, explica que el consumo de fentanilo a menudo se vuelve automático para aquellos con adicción. Ya no es una elección reflexiva, sino un acto impulsivo motivado por la necesidad de aliviar la sensación de malestar. Dejar de consumir se vuelve insoportable una vez que la adicción se instala.
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La imagen de personas en las calles, dobladas o tiradas, sin noción de su entorno, es un resultado impactante del consumo de fentanilo. La droga afecta la postura y la conciencia, y las heridas causadas por inyecciones frecuentes contribuyen a la apariencia de "zombis". La combinación de estos efectos puede ser devastadora.
Los peligros del fentanilo van más allá de los efectos inmediatos. Es una droga altamente adictiva y potente que puede llevar a la muerte. Interfiere con el sistema nervioso central, causando una depresión respiratoria y afectando el sistema cardiovascular. La combinación de estos factores puede resultar en un desenlace fatal.
Decio Mettifogo, especialista en psicología jurídica de la Universidad de Chile, destaca dos factores clave en el consumo de drogas como el fentanilo. Por un lado, están las condiciones personales que pueden llevar a una relación con sustancias desde una perspectiva recreativa a una de dependencia. Por otro lado, la disponibilidad de sustancias y las circunstancias personales influyen en esta transición.
La percepción del daño que puede causar una sustancia varía según la etapa de desarrollo de la persona. En la juventud, la sensación de invulnerabilidad es común, y el riesgo se minimiza en busca de una gratificación inmediata. Esto aumenta el peligro del consumo en esta etapa de la vida.
Políticas públicas: información y prevención
En Chile, el fentanilo no es tan prevalente como en otros lugares. Las drogas más comunes son la cocaína y la marihuana. Sin embargo, la información y la prevención son esenciales para abordar cualquier tipo de adicción. Los expertos enfatizan la importancia de educar a la población sobre los efectos secundarios y dañinos del fentanilo.
Las políticas públicas desempeñan un papel fundamental en este desafío. La necesidad de dispositivos de atención temprana y estrategias de abandono, especialmente en un entorno comunitario, son esenciales para combatir la adicción al fentanilo y otras drogas. La prevención y el apoyo son las claves para evitar que más personas caigan en la trampa de esta "droga zombie".
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